¿Que significa ser hombre? Tener dinero, así como tener logros y conquistas, de por sí no es suficiente. Se idealiza que los verdaderos hombres tienen autos de lujo, teléfonos modernos y salen con las mejores mujeres. «El hombre perfecto». Así podemos verlo en las publicidades. Sin embargo, en la vida real, muchos hombres “exitosos” tienen problemas para relacionarse con las mujeres, generar atracción o desarrollar relaciones. Quizás por miedo a comportarse fuera de modelos preestablecidos o por reprimir sus deseos y emociones.
¿Se supone que los hombres deben comportarse de una manera y las mujeres de otro, con comportamientos predefinidos? ¿Es acaso la masculinidad algo universal? ¿Posee algún tipo de base biológica o es algo establecido socialmente, bajo mandatos? Y finalmente, ¿Cómo se relaciona el comportamiento con el atractivo generado en las mujeres?
Es innegable que los hombres – biológicamente – estamos determinados a tener ciertos rasgos que nos diferencian de las mujeres. Hormonalmente, nuestros cuerpos están cargados con diez veces más testosterona que los de las mujeres. En líneas generales: más agresivos, más fuertes y, corporalmente, más grandes. También tenemos una tendencia mayor a correr riesgos y a ser menos empáticos. Los hombres nos regimos en un 80% por el hemisferio cerebral izquierdo, lado predominantemente racional y lógico. De ahí que los hombres seamos un poco más fríos y calculadores.
En las mujeres predomina el uso del hemisferio derecho donde se desarrolla el proceso emocional. De ahí que se diga que las mujeres son más emocionales. También tienen cuatro veces más conexiones entre el hemisferio derecho e izquierdo, lo cual les da la posibilidad de resolver mayor cantidad de problemas al mismo tiempo.
Sin embargo, en las últimas generaciones muchos aspectos de la masculinidad han entrado en crisis, creándose un vacío de lo que solía ser, ya sea por la ausencia de la figura paterna, el desarrollo de las mujeres en el mercado laboral, la fomentación de una cultura pop feminizada, la falta de una carrera convencional, etc. No es de extrañar que seamos una de las generaciones con más búsqueda de placer en la historia. Se busca compensar una crisis de identidad que ha resultado en hombres sin roles claros, sin metas claras, reactivos al mundo que los rodea y siguiendo propósitos ajenos a sus propios deseos. Dando como resultado una baja autoestima y un conocimiento de sí mismos poco desarrollado, ignorando por qué sufren y de dónde parten sus problemas emocionales.
El desarrollo de lo masculino
Si observamos la cuestión desde la perspectiva psicológica, diferentes teorías describen la lucha emocional por la cual un hombre tiene que pasar para definir su masculinidad y disociar emocionalmente la seguridad y el cuidado personal, del apego con su madre. Esta disociación es llevada a cabo – inconscientemente – mediante experiencias de vida que conducen al hombre a una independencia emocional y sexual.
La cantidad de experiencias que componen ese proceso es innumerable y en cada hombre sucede de una forma diferente. Algunas de las más comunes pueden ser lograr éxito profesional, ganar dinero, viajar por el mundo, forjar amistades con otros hombres, coordinar o participar de proyectos sociales, tocar en una banda de música, relacionarse con mujeres, hablar en público, practicar un deporte competitivo, conducir un auto, etc. Sin embargo, una experiencia de gran importancia en el desarrollo emocional de un hombre, puede ser irrelevante para otro. Muchas veces tiene que ver con el grado de desafío que la situación presente.
Quienes no logran pasar o experimentar estas situaciones, difícilmente consiguen llegar a actuar de manera independiente:
Los hombres que suprimen esos rasgos suelen quejarse de que las mujeres elijen mal y terminan siempre con “idiotas” (en lugar de salir con ellos). La diferencia entre estas dos clases de hombres es que los supuestos idiotas no buscan siempre la aprobación de la mujer y se conectan mejor con sus propios deseos. No se guían todo el tiempo por lo que ellas dicen que quieren (ya sea bueno o malo) y de hecho, muestran finalmente una mayor identidad como hombres. Esa energía masculina es la que genera atracción en las mujeres.
Desarrollo de la independencia emocional en las distintas culturas
Ahora, el desarrollo de la independencia emocional no se lleva a cabo de la misma manera en todas las culturas, a pesar de que el proceso se observa en todas partes del mundo. En países como Japón, los jóvenes son sometidos a una excesiva escolaridad para la certificación de su identidad como hombres. En algunas regiones del África, esta hombría es demostrada por su manera de cazar, mientras que en muchos países occidentales es llevado a cabo por la manera de generar riqueza o desarrollarse profesionalmente.
La desvinculación materna y la demostración de hombría son diferentes en cada lugar a pesar de que el desarrollo psicológico masculino sea universal. Se relacionan íntimamente con la estructura socio-económica de cada país y el tipo de hombre que requieren. Aquellos países que se ven enfrentados a amenazas militares constantes, requieren de guerreros valientes y luchadores fuertes. Lo mismo en aquellos pueblos que utilizan la caza para su alimentación.
En países con pocos conflictos militares de poco van a servir guerreros y cazadores fuertes, sino más bien hombres que sepan hacer dinero, dedicarse al comercio o innovar en ámbitos científicos o culturales.
Entonces, si cada cultura tiene una manera de establecer y desarrollar la independencia emocional. ¿A qué se debe la pérdida de identidad que sienten muchos hombres en los últimos tiempos? El relativismo cultural no puede explicar por completo esta falta ya que si así fuera los hombres se adaptarían a las normas del lugar y seguirían adelante.
¿A qué se debe esta problemática?
En 1950, tener un buen trabajo era suficiente para demostrar ser un hombre independiente y exitoso. Si te gustaba o no era irrelevante, y generalmente era suficiente para conquistar a una mujer. Paralelamente, las mujeres solían ser más tolerantes con algunos hábitos masculinos, ya que el hombre era quien llevaba el dinero.
La lucha de las mujeres por conquistar sus derechos de estudiar, trabajar y desarrollarse profesionalmente, cambió por completo el panorama. En la actualidad, muchas mujeres son independientes económicamente y hay matrimonios en los cuales la mujer es el sostén principal.
Para un hombre, hoy en día, tener un trabajo cualquiera no es suficiente para definir su independencia e identidad. Muchos odian su trabajo y lo hacen solo por seguridad económica, rodeados de gente que desprecian. Se dirigen diariamente a un empleo que no los define como hombres. Al mismo tiempo, se relacionan con mujeres que tal vez ganan más dinero que ellos y no tienen la misma tolerancia que la que podían llegar a tener las mujeres de los ‘50.
¿Consecuencia?
Esto da como resultado una generación de hombres que tienen un empleo pero no terminan de encontrar su masculinidad. Con baja autoestima y problemas emocionales. Que no pueden conseguir una cita y se obsesionan con el sexo y la pornografía. Son económicamente independientes, pero emocionalmente casi como niños.
Al no poder definir su identidad, son manejados por sus emociones y caprichos sin saber realmente lo que quieren. Individuos a quienes siempre les dijeron lo que tenían que hacer y qué era lo más seguro. Hombres con una gran inestabilidad emocional, que culpan a los demás por sus acciones y emociones. Hombres que llenan su vacío con comida o con bienes materiales como un auto de lujo que sólo es un juguete para impresionar a los demás. Personalidades moldeadas por una crianza caracterizada por la abundancia de cosas materiales (juguetes, regalos, televisión, etc.) pero poca presencia afectiva. Nos encontramos con hombres y mujeres intelectualmente muy desarrollados, pero emocionalmente muy inseguros.
Así como evolucionó la sociedad y el mundo, los hombres – tal como eran antes – parecerían ya no ser necesarios. Por eso se ven enfrentados a definir un nuevo concepto de masculinidad. ¿Es Justin Bieber el mejor ejemplo para las próximas generaciones?
De ahí que es importante entender que en nuestra época se está definiendo un nuevo concepto de independencia emocional. A lo largo de la historia humana, los hombres han tenido siempre más claro su función y su camino. Hoy en día ya no se necesitan tantos cazadores, ni guerreros, ni siquiera en muchos casos la figura clásica de aquél que genera riquezas. Entonces ¿Qué nos va a definir como hombres? ¿Cómo conseguimos nuestra independencia emocional?
Un problema, una oportunidad
Nuestra generación tiene que desarrollar un nuevo camino. Debemos crear y encontrar nuestras propias pasiones. Redescubrir los valores, la fuerza y la sexualidad. Definir nuestro propio plan de vida y enfrentar los obstáculos que se presenten. No hay una receta que sirva para todos sino un abanico de posibilidades dependiendo de nuestras inclinaciones personales. Viajar por el mundo, crear una empresa, ayudar a niños pobres o rescatar ballenas en el Océano Pacífico. Eso va a depender de cada uno. Con esto no quiero decir todos pueden ser presidentes de la nación si hacen lo que desean, pero sí que en la lucha por entender y conquistar nuestros deseos está la clave para definir una masculinidad propia.
De ese modo, nos establecemos como seres emocionalmente independientes a través de nuestras acciones. Tomando decisiones como hombres adultos. Psicológicamente, es de estas acciones de donde deriva nuestro valor de masculinidad.
Y puede que esto no sea fácil, y que no tengamos las herramientas para definirnos por completo. Construir nuestro propio sendero requiere trabajo, ambición y mucha voluntad de lucha para superar todos los obstáculos que se presenten. Una actitud que no es muy difundida, pero que todo hombre superó en el pasado para definir su identidad.